Se creó una etiqueta basada en el mapa de la zona, donde la unión de los ríos Miño y Sil cobra protagonismo. Se incorporó una tinta termosensible que, al enfriarse la botella, revela en azul el recorrido de ambos ríos, reforzando el concepto de frescura y conexión con la tierra. El resultado es un diseño funcional, evocador y fiel al espíritu gallego del vino.